La orientación a resultados es la capacidad para actuar con sentido de urgencia cuando hay que tomar decisiones que afectan a la mejora de la organización, responder a las necesidades de los clientes o para adelantarnos a la competencia. Esta actuación requiere concretar decisiones ya tomadas en el pasado, o bien, buscar nuevas soluciones a los problemas del día a día. Idealmente, el supervisor se anticipa a las situaciones con una visión a largo-medio plazo para evitar problemas que no son tan evidentes para el resto de la organización. La orientación a resultados requiere elaborar planes de contingencia para mitigar los efectos en los casos en los que aparecen problemas. Con este entrenamiento vivencial logre que los supervisores de su empresa desarrollen la competencia de orientación a resultados.