No hay labor más importante, difícil y exigente que la supervisión del trabajo ajeno. Una buena supervisión reclama más conocimientos, habilidad, sentido común y previsión que casi cualquier otro tipo de trabajo. El éxito del supervisor en el desempeño de sus deberes determina el éxito o el fracaso de los programas y los objetivos del departamento. El individuo solo puede llegar a ser buen supervisor a través de una gran dedicación a tan difícil trabajo y de una experiencia ilustrativa y satisfactoria adquirida por medio de programas formales de adiestramiento como el ofrecido en este curso, NO hay supervisor exitoso que no domine las herramientas administrativas que el trabajo requiere. ¿Imagina usted a un supervisor que no sepa cómo conducir una reunión de trabajo ó cómo administrar el tiempo ó como establecer prioridades ó cómo…? Nosotros tampoco y es por ello que diseñamos este curso.