Mantener la seguridad en el puesto de trabajo es fundamental para garantizar unas adecuadas condiciones laborales. Todo trabajador tiene derecho a desarrollar su actividad profesional en un ambiente y entorno de trabajo digno, que respete su salud e integridad física. Por eso, los empleadores deben garantizar que se cumplen en todo momento estos postulados, adoptando las medidas de seguridad que se estimen apropiadas para cada caso concreto. La protección es esencial para disminuir los riesgos laborales y evitar la producción de los accidentes, o al menos, reducir su gravedad. Aunque estas precauciones deben adoptarse para cualquier tipo de puesto de trabajo, lo cierto es que éstas se vuelven indispensables cuando el puesto entraña cierta peligrosidad para el trabajador, bien por el tipo de actividad que desempeña bien por el tipo de material que utiliza.